Soy la Otra de una tal Lola.
La que se alberga en el interior de una dama convencional. Soy las dos. Y de ésta, también soy la Otra.

Cualquier parecido con la realidad en personajes o historias, es mera intrascendencia.

martes, 2 de marzo de 2010

No hay forma

Me levanto excitada, me acuesto excitada.
Esto es la revolución.
Incandescente.
Necesito tacto y piel, placer y sabor.
Mañana no sé.
O mejor dicho, Lola es la que no sabe.
La Otra que hay en ella, la Otra que soy necesita cazar.
Pero va de un sitio a otro con una pose serena. Ejecutándo la misma cotidianeidad sin sorpresas. Todo está estipulado, todo está rigurosamente comedido en sus rutinas. No quiere oirme, se niega a escuchar lo que le pido a gritos.
Se avergüenza, me esconde, pretende aniquilarme y eso la hiere, la deja insatisfecha y a solas. Pero yo soy más fuerte, me ha abierto la puerta y ya no puede dejarme encerrada. Es cuestión de tiempo, es cuestión de tácticas.

3 comentarios:

  1. Sí, hay que escapar de nosotros mismos para ser nosotros mismos...Dejarnos de "ñoñeces", y vivir a pleno ¿pulmón?, nooooo, ¡Sex!

    Besos

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  2. Hay que salir de todos los armarios: también el de la lujuria. Ay, esta Lola, menos mal que a aunque tire los números, poco puede hacer para que te escapes definitivamente de ella...

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